En esos momentos mis compañeros de trabajo me daban palabras de apoyo y todos mostraban su preocupación. Me mantenía tranquilo porque estoy muy claro de que Dios velaba por nosotros y hoy, doy gracias a Dios porque ese proceso trajo al mundo a mi bella bebé.
Este proyecto de familia no es mío, fue Dios quien puso su mano y mis planes cambiaron para bien. Hoy celebramos el cumpleaños de mi hija Amber y puedo decir que me suele la cara de la felicidad.
Proverbios 16:3 Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
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