Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Luego de una dura predica algunos de los discípulos de Jesús empezaron a irse. Ellos esperaban a un Cristo como rey que les otorgaría beneficios, pero encontraron a un profeta que les anunciaba que había de morir y que anunciaba que debían "comer y beber" su cuerpo y sangre, respectivamente.
Luego de una semana santa llena de descanso te invito a seguir adelante en la fe aún cuando lleguen las pruebas. Recuerda:
1. Pedirle sabiduría a Dios para entender su palabra y aplicarla en tu vida.
2. Ser paciente para ver los resultados en el tiempo de Dios.
3. Ser agradecido con lo que Dios va haciendo en tu vida.
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