Un corazón que olvida promesas

Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.  Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.  Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
S. Marcos 16:11‭-‬14 RVR1960

Cuando nos negamos a creer en un Jesús vivo y resucitado no es más que por un corazón incrédulo y endurecido.  Los mismos discípulos no creyeron cuando sus hermanos le decían que había resucitado. 

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